En este medio, me publiqué un artículo denominado: “Inversión solo en lo visible” en el cual hago referencia al incumplimiento de promesas por parte del Alcalde de nuestro lindo cantón de Coronado, ya que en una reunión en mi barrio Villa Emaús nos prometió arreglar la calle que tiene huecos de la magnitud de un cráter.
Estimado lector le informo que unos días después de la publicación, los encargados de la municipalidad de hacer estos arreglos se apersonaron y trabajaron 150 metros de los 450 metros que requieren por lo menos un bacheo, aunque lo óptimo sería asfaltar toda la calle que buena falta hace.
Varios de mis vecinos se acercaron a mi casa y me dieron las gracias por haber escrito el artículo que según ellos surtió efecto.
Sin embargo, los que vivimos en los 300 metros que no se ha bacheado seguimos con la desilusión de “diay hay pa todos o hay patadas” y con tono jocoso me han molestado algunos vecinos diciéndo que los que viven cerca de mí e incluyéndome nos quedamos ciegos.
Porque por haber criticado el mal planeamiento del alcalde en esta área, nos dejaron sin el “poquillo” de asfalto para rellenar los cráteres que nos dañan los compensadores, el tramado entre otros de los que tenemos carro o los comentarios negativos de taxistas que nos hacen un servicio, porque los 800 colones que nos cobran por el viaje no alcalizarían para reparar el taxi.
Y como lo mencioné en este artículo “hay patadas” a petición de mis vecinos, aunque no conversamos a diario los fines de semana reponemos todo lo pendiente, quienes me solicitaron escribiera a ver si acaso se apiadan de los que quedamos rezagados, en los 300 metros que quedaron pendientes.
“Le recuerdo al señor alcalde que solo un pedacito es lo que falta”.
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Estimado lector le informo que unos días después de la publicación, los encargados de la municipalidad de hacer estos arreglos se apersonaron y trabajaron 150 metros de los 450 metros que requieren por lo menos un bacheo, aunque lo óptimo sería asfaltar toda la calle que buena falta hace.
Varios de mis vecinos se acercaron a mi casa y me dieron las gracias por haber escrito el artículo que según ellos surtió efecto.
Sin embargo, los que vivimos en los 300 metros que no se ha bacheado seguimos con la desilusión de “diay hay pa todos o hay patadas” y con tono jocoso me han molestado algunos vecinos diciéndo que los que viven cerca de mí e incluyéndome nos quedamos ciegos.
Porque por haber criticado el mal planeamiento del alcalde en esta área, nos dejaron sin el “poquillo” de asfalto para rellenar los cráteres que nos dañan los compensadores, el tramado entre otros de los que tenemos carro o los comentarios negativos de taxistas que nos hacen un servicio, porque los 800 colones que nos cobran por el viaje no alcalizarían para reparar el taxi.
Y como lo mencioné en este artículo “hay patadas” a petición de mis vecinos, aunque no conversamos a diario los fines de semana reponemos todo lo pendiente, quienes me solicitaron escribiera a ver si acaso se apiadan de los que quedamos rezagados, en los 300 metros que quedaron pendientes.
“Le recuerdo al señor alcalde que solo un pedacito es lo que falta”.
